Menos vino, más calidad ¿más ventas?

La reforma del mercado del vino trajo cola durante el 2007. Países tradicionalmente productores como Francia o España no estaban para nada de acuerdo y temían por sus denominaciones de origen. El resto, se frotaban las manos viendo llegar un reglamento que trataría “todos los viñedos por igual”. Al final, se llegó a un término medio. Hoy hablamos de esta reforma a petición de Moisés García.

El Consejo de Ministros de agricultura de los 27 aprobó en abril de 2008 la reforma de organización del mercado común (OCM) en lo que respecta al vino. Su objetivo principal es una “progresiva desaparición de medidas caras e ineficaces de intervención del mercado y reorientarán los gastos a medidas más positivas y anticipadoras que mejorarán la competitividad de los vinos europeos”. Lo podemos resumir explicando que la competitividad del vino europeo había decrecido en los últimos tiempos ya que los vinos americanos (especialmente los generados en California) se vendían en Europa bastante más baratos y sin pasar los exhaustivos controles de calidad de la UE.

Para evitar este problema y aumentar la competitividad, la Comisión ideo una medida muy polémica: la liberalización total del mercado y para comenzar, el arranque de viñas. Su proposición en un principio pedía el arranque ‘voluntario’ de 400.000 viñas a cambio de una compensación económica para el agricultor (2.400 millones de euros). Rápidamente, las organizaciones agrarias se posicionaron en contra puesto que perjudicaría al agricultor y favorecería un aumento del paro en este sector. Respecto a la liberalización, la medida que más controversia ocasionó fue la desaparición de los derechos de plantación para el 2015. Al final las medidas se suavizaron bastante. Las viñas se arrancarían para eliminar el exceso de producción pero solo 200.000 y la prima por hectárea arrancada partirá de 7.174 euros el primer año y descenderá hasta 2.938 el quinto.

En lo que respecta a la liberación del mercado, la oposición llegó del Parlamento Europeo. La liberalización, no obstante se llevará a cabo a partir del 2014 puesto que la opinión del Parlamento no era vinculante y la decisión final era del Consejo europeo.

Otras medidas, sin embargo, fueron muy aplaudidas como la prohibición de la chaptalización, la adición de azúcar para aumentar artificialmente el grado alcohólico volumétrico del vino y también la eliminación de la ayuda al mosto destinado a dicho aumento, creada para compensar el coste superior en comparación con la chaptalización.

Al final se realizó una reforma más o menos a gusto de todos. Hay que señalar que el arranque de viñas es voluntario y las organizaciones agrarias se mostraron contentas con los términos de este nuevo reglamento. Las últimas noticias respecto a la reforma del sector vitivinícola nos han llegado desde la Eurocámara, que en un intento de simplificación de la Política Agraria Común (PAC) aprobaron el pasado noviembre “la integración del sector del vino en el reglamento que rige la organización común de mercados agrícolas (OCM)”.

Para más información se puede consultar la web de la DG de Agricultura de la Comisión Europea.

Foto: Mariann Fischer Boel, Comisaria de Agricultura. REUTERS

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