La vaca que cruzó una frontera y ya no pudo regresar

© European Communities, 2002
 /Source: EC - Audiovisual Service
/Photo: Jan van de Vel
Varios medios recogen estos días la historia de Penka, una vaca que pastando cruzó la frontera entre Bulgaria y Serbia y ya no pudo regresar a la Unión Europea.

Cómo sabéis, en los países de la UE tenemos libre circulación de personas y gracias al acuerdo Schengen, también podemos circular por Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein. Además podemos mover libremente nuestros productos y nuestros capitales con ciertas condiciones. Obviamente la pobre Penka no encaja en ninguna de estas categorías porque no es humana, no es un filete (aún) y no llevaba dinero encima. Pero pastando se le ocurrió pasar sin querer de Bulgaria a Serbia y cuando el granjero serbio, como buen samaritano, quiso devolverla a su legítimo dueño pues las aduanas ya no la dejaron pasar sin los controles sanitarios debidos. Para hacer más rocambolesca la historia, Penka está embarazada así que tendrá que dar a luz en Serbia. Veremos si algún día vuelve porque los terneros serán Serbios, no búlgaros. ¿Necesitarán visado para entrar en Bulgaria? Parece que no porque ahora no se fían de los controles necesarios y han condenado la vaca a muerte.

Se trata, claro está, de una historia más anecdótica que otra cosa pero que cobra relevancia en la situación actual de refuerzo de fronteras exteriores de cara a la migración y mucho más con el Brexit y las fronteras que tiene Reino Unido con Irlanda y con España (por Gibraltar). Muchos hemos nacido ya con las fronteras físicas destruidas y solo las conocemos por la historia como el famoso muro de Berlín. ¿Os imagináis que la salida del Reino Unido provoque otras salidas de la UE y que ya no podamos viajar libremente o vender nuestros productos en otros países? Tendríamos que intentar pasar a la vaca Penka gracias a al mercado negro y probablemente sin controles sanitarios, como en una historia de espías, por las alcantarillas.

No hemos construido una UE que se basa en la paz, la colaboración y la solidaridad para volver a tiempos más oscuros y de políticos orgullosos que se empeñan en poner fronteras donde hace tiempo que ya nadie las quiere. Deberíamos de mirar hacia atrás y aprender para poder mirar hacia adelante. Veremos que pasa con Penka y también con nuestra libertad.

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